Lagunas de Mojanda
hace 7 meses · Actualizado hace 6 meses
Uno de los escenarios naturales más hermosos de Otavalo y su provincia. La Laguna de Mojanda Tabacundo están rodeadas por pajonales y remanentes de bosques nativos que mantienen una biodiversidad representativa de los páramos septentrionales andino.
Mojanda
El complejo lacustre está conformado por tres lagunas, la primera y más grande conocida como Caricocha o laguna macho que es origen volcánico, junto a esta laguna están otras dos más pequeñas, la Huarmicocha o laguna hembra y la Yanacocha o laguna negra, todas ellas lograrán transmitirle la tranquilidad de sus aguas y la vida de su entorno.
Volcán Mojanda es un estratovolcán inactivo de la Cordillera Oriental de los Andes en el norte de Ecuador. Una cumbre de caldera, producida por una erupción pliniana que marcó el fin de la actividad de Mojanda hace 200.000 años,1? está ocupada por tres lagos de cráter: Karikucha (el más grande), Yanakucha y Warmikucha. En 2002 recibió el estado de parque protegido.
Las lagunas de Mojanda es un complejo de dos volcanes que estaban activos simultáneamente. Los respiraderos volcánicos están a solo 3 km de distancia. El otro volcán, que produjo al menos dos Erupciones Plinianas propias, es conocido como Fuya Fuya. Fuya Fuya colapsó parcialmente hace unos 165.000 años, creando una gran caldera al oeste. Un nuevo cono volcánico y otras cúpulas de lava posteriormente se extrudieron dentro de la caldera, probablemente durante el Pleistoceno Tardío.
Los prados de alta altitud y matorrales de Mojanda, que se encuentran por encima de los bosques nubosos, se conocen colectivamente como páramo. Con frecuencia son pastoreados por el ganado.
Información de las Lagunas de Mojanda:
- Laguna de mojanda ubicación Se encuentra en el límite provincial entre Pichincha e Imbabura, a los pies del cerro Fuya Fuya a 4.263 msnm; pasando la población de Pedro Moncayo, a 17 kms al sur de Otavalo.
El complejo lacustre de Mojanda está en la cima del sistema montañoso del nudo de Mojanda-Cajas y ocupa el caldero del cráter del extinto volcán Mojanda. - Laguna de mojanda como llegar
- En vehículo propio A la salida sur de Otavalo, tomamos el camino que nos lleva al barrio La Joya y luego el camino a la izquierda hacia la comunidad de Mojandita. El camino es empedrado hasta llegar a la primera laguna, la laguna grande, por lo que el acceso es fácil para todo tipo de vehículo.
- En transporte público No existe servicio de transporte público hacia las lagunas, por lo que se deberá contratar un taxi o una camioneta que nos lleve hasta la laguna grande y acordar también el costo de espera para que nos traigan de regreso. Costo del pasaje: 15 USD de ida y 15 USD de regreso.
- Laguna de mojanda Clima Promedio del lugar: 8°C. En esta zona el clima es frío y las condiciones cambian de acuerdo al paso de las horas del día, en la noche puede llegar a temperaturas de 5 grados bajo cero. Se recomienda vestir de la siguiente manera: Ropa abrigada, Gafas de sol, Cámara fotográfica, Zapatos cómodos, Gorra, Guantes
- Laguna de mojanda Altura: 3720 metros sobre el nivel mar
- Lagunas de Mojanda En la zona de Mojanda encontramos 3 lagunas:
- La laguna grande, que tiene un perímetro de 7.7 km y una superficie de 271 hectáreas.
- La laguna negra, que posee un perímetro de 1.37 km y la superficie de 11.4 hectáreas.
- La laguna pequeña, con un perímetro de 0.37 km y una superficie de 1.07 hectáreas.
- Laguna de mojanda flora y fauna
- Flora En lo que respecta a la flora podemos observar diversas especies como: romero de monte, chuquiragua, wicundo, achupalla, totora, caucho, chocho de monte, quishuar, zarcillejo, puya fichana, paja, zitzi, arrayán, mora, cerote, yagual (árbol de papel), entre otras.
- Plantas Nativas: El pajonal propio de los páramos, licopodio y chuquiragua.
- Fauna Referente a la fauna, podemos encontrar diferentes especies como: perdis de páramo, mirlos, quilicos, quinde de cola larga, quinde real, quinde café, torcazas, pava de monte, lobo de páramo, conejo de páramo, chucuri, zorrillo, zacha cuy, puma, entre otras.
- Flora En lo que respecta a la flora podemos observar diversas especies como: romero de monte, chuquiragua, wicundo, achupalla, totora, caucho, chocho de monte, quishuar, zarcillejo, puya fichana, paja, zitzi, arrayán, mora, cerote, yagual (árbol de papel), entre otras.
- Laguna de mojanda Actividades
- Caminatas - Picnic - Fotografía - Cabalgar - Sólo disfrutar del paisaje natural son algunas de las opciones que tiene al visitar Mojanda.
- Pesca en mojanda En la laguna la presencia de truchas es el principal atractivo para la pesca deportiva.
- Mojanda camping aquí se especifíca lo que es laguna de mojanda hospedaje
- Cabaña Familiar
- Costo: 56.20 $ Incluye IVA
- Incluye: Dos camas tipo litera - Una cama matrimonial - Baño, chimenea, área de cocina - Capacidad de 6 a 8 personas
- Cabañas simples
- Costo: 12.97 $ Incluye IVA Por persona)
- Incluye: Dos camas tipo litera - Capacidad para 4 personas
- Área de Camping
- Costo: 4.32 $ Incluye IVA - (Por uso de suelo de la carpa)
- Cabaña Familiar
- Atractivos cercanos a Mojanda Ecuador
- Cerro Fuya Fuya: La belleza paisajística que ofrece el sector es incomparable. Se puede ascender al cerro Fuya Fuya que es el pico más alto que rodean las lagunas de Mojanda y desde su cima observar gran parte del callejón interandino de la Sierra Norte del Ecuador.
- Caricocha: O lago hombre, es la mayor y más hermosa debido a sus aguas de azul cristalino y completamente frías. Se encuentra a 16 km de Otavalo en una extensa área rodeada de pajonales. Uno de sus mayores atractivos turísticos es la pesca de trucha y el sector donde se encuentra se presta para largas caminatas y ascensiones a los riscos y agujas de la montaña del Mojanda.
- Huarmicocha: Se lo conoce también como lago mujer, se encuentra al sur del lago Caricocha a 3km. aproximadamente, es de forma circular rodeada de áreas cubiertas de paja está a 3600 m de altura.
- Yanacocha: O laguna negra, también constituye un atractivo turístico, debido a la abundante pesca de trucha, se encuentra al sur oriente de Caricocha, es la más pequeña de todas las lagunas.
- Consejos y precauciones para los turístas que viajan a las Lagunas Mojanda
- Los alrededores de la laguna grande, son el lugar propicio para acampar, pero en las noches la temperatura baja considerablemente, por lo que se debe tener cuidado de acampar con todo el equipo adecuado.
- Así mismo, se puede realizar caminatas en los alrededores y si queremos subir al Fuya Fuya, se recomienda hacerlo con guías especializados, ya que el clima cambiante y la neblina pueden hacernos pasar un mal rato.
- Para llegar a la laguna negra y la laguna pequeña, existen caminos vecinales de tercer orden que rodean a la laguna grande, por lo que es necesario contar con un vehículo 4x4, especialmente en épocas de invierno que para los vehículos
- Laguna de mojanda leyenda
MOJANDA Y SU CAMPANA ESCONDIDA Había pasado mucho tiempo desde que el terremoto había zarandeado Otavalo, desbaratando casi por completo las casas y asustando a sus pobladores hasta morir. Ni la iglesia de San Luis se salvó de la sacudida violenta quedando semidestruida; los sobrevivientes culparon su infortunio a la ira divina por el insolencia de sus hijos y entonces los confesionarios fueron improvisados para que los pobladores y pobladoras declaren sus pecados en búsqueda de reconciliación con el ser supremo y las promesas de una vida casta, junto con los juramentos de no volver a meterse en vida ajena fueron los compromisos de mayor garantía.
Pasados los sustos y sabiendo que no solamente ellos fueron castigados por el temblor fueron incitados a seguir adelante, volvieron a levantar sus casas, unas con mejores fachadas junto a otras que parecían se avergonzaban de su pobreza, y hasta la iglesia central empezó a ostentar una torre nueva, esta vez construida sobre estupendas bases de piedra.
Comprometidos con la fe y la imagen de la ciudad, las potestades, el cura y los parroquianos hicieron cuotas, derramas y ofrendas además de someras gestiones para rematar la torre con una campana de bronce que fue negociada y trabajada en Quito.
Allá viajaron por los caminos de Mojanda que fue en ese entonces ruta exigida desde Pasto hasta Quito para comerciantes, viandantes, estudiantes y aventureros. Se armaron de palos largos conocidos como “guangas”, avíos de los más diversos sabores olores y colores propios de la tierra, y partieron en busca de su cometido. A pie y a caballo salieron Mojanda arriba los insignes de la localidad, los representantes de la iglesia, los guambras maltones, los noveleros, los indios guangueros que servirían de cargadores.
Temprano salieron, Otavalo se miraba abajo en espera del regalo para su torre empapada de una bruma que cobijaba en los meses de invierno al Valle del Amanecer. Los comentarios de las matronas eran voz oficial para las sirvientas, falsos espejismos para los apáticos, chismes para los farfullas y veleidosos, mientras que ajenos del todo los guambras langarotes seguían jugando a la rayuela en la plaza de tierra.
Los andariegos entusiastas ya venían de regreso partiendo desde la capital, despuntando los lomeríos de Pomasqui, los vericuetos, barrancos y arenales del “sal si puedes”, abajo se veía el Guayllabamba como culebra que se escondía entre matorrales y enaguas de cerros; más adelante el Chamanal con una hilera de pencos salpicados de wiracchuros que adelantaban su vuelo a medida que avanzaban los viajeros. Sobre los hombros de los indios fortachones venía la campana. De tramo en tramo se cambiaba el refuerzo de caballos que tiraban a manera de camilla, de nuevo al hombro de los aventureros con la ayuda de palos largos en competición de aguante, hombría y juventud.
Malchingúi fue su última tanda para el descanso, más empujaba la ilusión de llegar pronto a casa que el cansancio que los presionaba y se apresuraron de madrugada por la cuesta de Mojanda. La mañana brillaba con un “sol de aguas”, los mortiños, los motilones, gualicones, lucían apetitosos y engañosos junto al “shanshi” que alucinaba con colores y manojos cargados de sensuales figuras. Ni siquiera llegó el medio día y se desató un aguacero inmisericorde, el camino se llenó de cochas tramposas y la tierra suelta se convirtió en lodo que demoraba el avance del grupo, el temporal se empecinó con venganza sobre las humanidades de los corajudos hombres que paso a paso vencían las inclemencias.
La tarde había llegado más allá de la mitad de su vida y la apariencia de la noche se hacía más innegable; fueron las últimas claridades del día cuando llegaron arriba de la loma y vieron coqueta a la “Laguna Chiquita”.
El rumbo pretendido se volvió intransitable, el cielo retinto apenas era perceptible por una pesada niebla que se escurría como presagio de mala suerte por entre las pajas que chorreaban agua y más agua por sus cuerpos hechos de agujas. Quien hacía de cabeza del grupo que entre todos sumaban más de la veintena, decidió que harían frente a la noche y al frío cerca de los 4.000 metros de altura, amontonando sus equipajes a orillas de Caricocha la -Laguna Grande - que ya tenía mala fama de ser laguna traicionera.
Para quien tiene la costumbre de enfrentarse con las asperezas no es difícil encontrar un lugar para pasar la noche. Como pudieron se hicieron de una pequeña fogata en la que juntaban sus manos para aplacar el frío. Improvisaron unas tiendas de campaña con lienzos untados con cebo de res para que el agua resbalara a las que estiraron con sogas a manera de techo natural. En el fogón arrimaron una caldera con agua de la laguna y ramas de “sunfo” del páramo sumando unas generosas dosis de puntas para contrarrestar el crudo ambiente y el soroche.
La lluvia había calmado y la noche se volvió tinieblas, solo en dirección al Fuya - Fuya se abría un claro entre las nubes donde se podían ver los luceros en la inmensidad del páramo, mientras espíritus desconocidos sobrevolaban el maltrecho campamento. Abajo los aventureros fueron acurrucándose uno contra otro con olor de ponchos mojados y pronto fueron despojo del sueño, el clima impávido, la altura, el trago y el cansancio se unieron en sinfonía de ronquidos custodiando la campana dedicada a la iglesia de San Luis en Otavalo.
El viento soplaba aparentando el lloro de mujeres abandonadas, el frío acuchillaba los cuerpos como puntas hirientes mientras oscuras formas acechaban desde varios rincones. Como un pedazo de uña suspendida en el cielo la luna se mostraba esquiva dejándose ver de cuando en cuando entre los nubarrones. Cerca de la medianoche el último hombre se dejó domar por el sueño y la laguna comenzó su empeño de despojar la carga defendida. Como encantamiento la pesada campana abandonó el suelo y bamboleándose se retiraba hasta el centro de la laguna pronunciando lastimeros repiques que se fueron apagando al contacto con las heladas aguas hasta que se desvaneció.
Aquellos hombres contaban después, que solo entre sueños sintieron que la campana se perdía en la noche y que impotentes no pudieron despertase para averiguar lo que pasaba. Lo cierto es que Caricocha se robó la campana. Cuentan los mayores que desde entonces la laguna tenía por costumbre desbarrancar mulas y peregrinos para robar su carga. El lugar se volvió traicionero y lleno de chismes pavorosos llegando a cambiar el rumbo por un sendero más largo bordeando el Fuya - Fuya por el lado de Chiriyacu.
Un templado otavaleño defendido por otros valerosos, decidieron acampar en lo alto del cerro distinguiendo como la engañosa laguna sintiéndose espléndida y a cielo abierto se desnudaba solitaria para ofrecerse por completo al sol. Ellos quemaron una gran piedra por tres días seguidos con sus noches enteras y cuando fue luna llena, apoyados por palancas de tronco hicieron rodar la candente roca cuesta abajo, que como cabalgadura desbocada fue dando tumbos y tumbos, tragando a grandes zancos las distancias y en un último salto increíble rompió su espejo de luna con un sonido inconfundible de hierro caldeado penetrando en el agua.
Fantásticamente se escuchó retumbar en la noche un gruñido parecido a voz ronca de peñascos y cascadas que dijo en quechua: “Ñavi chamusca, ñavi rrarray” –me han quemado el ojo-… Desde entonces la laguna se volvió tranquila como ración generosa del paisaje sin que se registren más desdichas.
Pero dicen algunos aventureros, que en Mojanda, cuando es luna tierna y llueve torrencialmente, a media noche, se escucha el talán – talán de una gran campana llamando a misa desde las profundidades de la laguna
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