Mistelas Jiménez
hace 3 años · Actualizado hace 7 meses
Si estás de paso por Quito, seguro que ya te han proporcionado caramelos en el centro de licor, estos manjares se llaman mistelas y aquí te contamos cómo Marco Antonio Jiménez los ha estado preparando durante 50 años.
¿Qué deberías saber?
- los mistelas son caramelos con un centro de licor líquido
- Vendido en El centro histórico de Quito, para bandejas que cuestan entre $ 2 y $ 5
- Están disponibles en varias presentaciones y con diferentes tipos de licores.
- Marco Antonio Jiménez, mantiene viva esta tradición, para la que trabaja en su fábrica ubicada en Calle Covi S4-183 y Juan José Guerrero.
- Si quieres darte una buena ración de mistelas, Marco Antonio será tu mejor amigo.
Tradiciones de la gastronomía quiteña
Quito, en cuanto a gastronomía, es un destino turistico privilegiado.
La fusión de la cocina inca con la cocina española ha generado fantásticos resultados que luego de varios siglos continúan perfeccionándose, transformándose, algunos recuperando el interés de locales y extranjeros; y otros que corren el riesgo de perderse.
los mistelas, es un buen ejemplo de una tradición gastronómica quiteña que lucha por mantenerse en su lugar. Para nuestros abuelos esta palabra es un estímulo para dejar volar la imaginación y recuperar innumerables anécdotas de la mente Quito de antaño.
Para unos las mistelas son una bebida dulce, preparada con fruta, azúcar y brandy, para otros las mistelas son caramelos preciosos, de formas abigarradas, de distintos colores y que en su interior contienen un corazón líquido de whisky, ron, canelazo y otras mezclas.
En busca de sus pasos
En los últimos años las mistelas han ganado la batalla contra el tiempo, ese tiempo que desde hace unas décadas parecía derrotarlas, dejándolas en el olvido. Hoy no es difícil encontrar estos caramelos en las calles de El centro histórico de Quito.
- El Monasterio de Santa Catalina, ubicado en la intersección de las calles Flores y Espejo, es la trinchera desde la que una monja mantiene viva esta tradición.
- En Casa Museo María Augusta Urrutia el turista puede observar como en el siglo XIX las mistelas eran tan importantes que contaban con licorerías (muebles de madera) donde se exhibían hermosos frascos de vidrio que contenían estas bebidas.
- En el paso del Arzobispo, frente a la La gran plaza de Quito, varios empresarios ofrecen estos manjares, los cuales son preparados con todo tipo de licores: Johnny Walker, Jagermeister, Pájaro Azul, mojito entre otros. Las mistelas también se pueden combinar con otros sabores ya que están cubiertas con mermeladas de chocolate, maracuyá y otras frutas.
Llega un refuerzo extranjero a la capital
Cuando conoces a Marco Antonio Jiménez tienes la grata sensación de conocer a un artista. Sus manos acumulan la experiencia que ha adquirido durante más de 7 décadas. Marco es un colombiano de Sogamoso, Boyacá, un pueblo cercano a Bogotá.
Marco cuenta cómo por casualidad llegó a Quito y nunca más podría irme. Azar luego viajando a Costa Rica, hizo escala en Quito y por pura casualidad conoció a Lourdes Pozo, funcionaria del Museo de la Ciudad.
Por suerte se habló de las mistelas, que según Lourdes era una tradición quiteña, las mismas mistelas que había aprendido a preparar Marcus Anthony cuando, por una rendija, espiaba a sus abuelos.
Fue esa conversación la que impulsó a Marco Antonio a instalarse Quito, una decisión un tanto estratégica, porque para hacer mistelas, el clima juega un papel muy importante, y este es el dato, el Clima de Quito es ideal para hacer estos caramelos.
Cada uno tiene que preparar su propia mezcla.
Marco Antonio cuenta cómo esta tradición se ha transmitido de generación en generación en su familia, desde el tatarabuelo hasta los niños. Ella recuerda perfectamente a su abuelo, lo recuerda porque secretamente espió cómo se hacían los dulces con su padre.
Y es que parte de la tradición, por ilógica que parezca, es que cada generación se encarga de inventar su propio estilo, es un mecanismo que provoca la creatividad y la innovación.
Marco Antonio fue muy creativo, porque no tardó en diseñar el mecanismo que usaría para introducir el licor en el centro del caramelo, nos cuenta que creó un procedimiento de 3 pasos.
Primero está la selección de la harina con la que se harán las frágiles cáscaras, luego viene la tarea de cocinarlas, para que el paso final sea introducir el licor.
Suena fácil, pero en la práctica es un proceso complejo, en el que un error basta para arruinar los ingredientes de este manjar.
¡Viva Quito!
Y que todo santo y toda fiesta cívica viva, y es que, para toda la Ecuador, las mistelas son un sello de hospitalidad, porque en las casas de Riobamba, Ambato Y Hueso de la caderaHasta la fecha, las mistelas se comparten con amigos y familiares, obviamente para revivir las celebraciones más tradicionales.
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