MUNA Museo Nacional del Ecuador
hace 11 meses · Actualizado hace 10 meses

El Museo Nacional del Ecuador, ha sido renovado para ser el principal depositario de objetos de nuestra historia. Estos son signos de nuestra memoria social, valores y herencia. Está a cargo del Ministerio de Cultura y Patrimonio.
MUNA Museo Nacional de Quito
¿Qué debes conocer?
Museo Nacional Ubicación
El Museo Nacional del Ecuador está ubicado en el edificio de los Espejos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”. Se accede por la puerta que da a la Av. Patria.
¿Cómo llegar?
- En Ecovía en la Parada Casa de la Cultura.
- En Trole en la Parada Estación El Ejido.
- En carro, se puede acceder al parqueadero de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y a otros que se encuentran en el sector.
Museo Nacional Entrada
La entrada es gratuita. Por favor obtenga su boleto en la entrada del museo.
Museo Nacional Horario
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ABIERTO
- Martes a domingo de 09:00 a 18:00
- CERRADO
- Lunes
- 1º de enero
- 1º de mayo
- Viernes Santo
- 2 de noviembre
- 24, 25 y 31 de diciembre
Museo Nacional Teléfono
Museo Nacional Email
Accesibilidad
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Ingreso al Museo, es accesible en silla de ruedas por la rampa que se encuentra en la entrada al MuNa (Av. Patria).
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Sillas de ruedas, disponibles en la entrada al Museo.
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Ascensor, en la Planta Baja del MuNa está disponible un ascensor con señalética en texto braille en sus controles internos y externos.
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Baño para público en situación de discapacidad, espacio adecuado para el acceso de personas que visitan el Muna en silla de ruedas.
¿Por qué un Museo Nacional?
El rol del nuevo Museo Nacional es poner en diálogo las tensiones entre la construcción de lo nacional y las demandas de los sectores subalternos por la inclusión poniendo en evidencia los procesos de construcción del Estado nación, a través de los logros de la lucha social.
La historia latinoamericana de los últimos años está marcada por el resurgimiento de movimientos sociales y populares que demandan con más fuerza sus derechos al territorio y a la autonomía política y cultural. Es decir su incorporación plena a la nación, sin que eso signifique la pérdida de su identidad sociocultural. Desde la época colonial hasta la actualidad los sectores subalternos reclaman el reconocimiento constitucional de sus identidades, la afirmación del carácter pluriétnico de la nación y el reconocimiento de territorios ancestrales.
Una revisión crítica necesaria
La conceptualización del Museo debe ser entendida como un proceso global de transformación de paradigmas generales sobre los cuales va a funcionar la institución y el discurso museal.
Los nuevos paradigmas se basan en un modelo alternativo que revisa críticamente las visiones tradicionales del patrimonio, la memoria, la educación y la comunicación que han afianzado valores coloniales y elitistas manteniendo a la institución encapsulada y al margen de los debates culturales, sociales y políticos contemporáneos.
El Museo Nacional reconoce la multiplicidad de identidades de la sociedad ecuatoriana, su permanente transformación y movilidad y busca establecerse como un espacio de participación, diálogo, confrontación y representación en la esfera pública. Para el efecto el Museo establece un nuevo modelo de relación con los públicos, la ciudadanía y la comunidad que rebasa las audiencias especializadas.
Expociciones
NÚCLEO HISTÓRICO
El museo, como institución moderna occidental, surgió a inicios del siglo XVIII con la Ilustración -proceso amparado en la razón para el ejercicio del poder y la autoridad-. Durante muchos años los museos construyeron los discursos idóneos de cada nación al promover que sus visitantes se sientan parte de una comunidad.
En los siglos XVII y XVIII el coleccionismo se convirtió en el centro de la investigación occidental, al ser una práctica que promovió sistemas de búsqueda y clasificación de objetos. Estos eran vistos como portadores de información sobre la ciencia, la cultura, el paisaje y la industria.
En América Latina, los museos nacionales se desarrollaron durante los siglos XIX y XX para exaltar el pasado heroico de las nacientes repúblicas. Sin embargo, conservaron valores y herencias coloniales en un discurso de dominación promovido por las élites, que acrecentó la segregación de otras identidades y minorías.
La tradición que dejó sentada el viajero alemán Alexander von Humboldt (1769-1859) en los territorios americanos, irradiaba una suerte de interés por el estudio de culturas prehispánicas relacionadas a la historia natural y amparadas en numerosas crónicas coloniales sobre lugares considerados emblemáticos.
En el siglo XXI, nuestro museo nacional reconoce las identidades diversas y sus constantes transformaciones y busca establecerse como un espacio de participación, diálogo, confrontación y representación de la esfera pública.
Les invitamos a ser parte de este proceso en construcción permanente donde la memoria, el patrimonio, las identidades y la participación social entran (están) en constante diálogo con los bienes culturales.
CONCEPTOS TRANSVERSALES
Las demandas de la sociedad global, la influencia de nuevas tecnologías de comunicación e información, los conceptos contemporáneos de memoria social y patrimonio cultural amplían el ejercicio de los derechos culturales y la crítica de la identidad homogénea construida desde la exclusión. Además, exigen a los espacios culturales replantear sus discursos para integrar diversas ópticas y crear nuevas relaciones con la ciudadanía.
El Museo Nacional del Ecuador es un proyecto en construcción permanente de relaciones sociales y de producción de conocimientos, donde el género y la interculturalidad pasan de ser un simple enunciado, a convertirse en ejes transversales de su trabajo. La inclusión de distintas dinámicas culturales, que atraviesan estos ejes, está reflejada en ejemplos de procesos contemporáneos de creación y construcción de un diálogo social.
Cada uno de los conceptos que guían el discurso del Museo Nacional tienen, como finalidad involucrar al visitante en una experiencia integradora que incite al diálogo social. El Museo Nacional del Ecuador, al ser un espacio en construcción permanente, promueve acciones propositivas para el desarrollo de instrumentos que fortalezcan una conciencia crítica en lo nacional.
En este espacio, la memoria social y el patrimonio cultural expresan las dinámicas de un pasado diverso e incluyente en el que el reconocimiento de la multiplicidad de sujetos es fundamental para la construcción de una conciencia ciudadana.
EJE TEMÁTICO 1: PODER POLÍTICO Y ORGANIZACIÓN SOCIAL
Sociedades originarias / Colonia / Época Republicana
Cuando una comunidad comparte intereses, valores y formas de actuar, que le permiten responder a los desafíos del entorno social y cultural en el que se desempeña, hablamos de una sociedad organizada. Las relaciones humanas pueden ser explicadas desde el estudio de los procesos históricos, los fenómenos sociales y sus orígenes, en los que el ser humano tiene la capacidad de colaborar en el mantenimiento de las relaciones sociales.
Para interpretar la complejidad de la organización social y política de los pueblos originarios es necesario observar algunas evidencias de su cultura material, como la iconografía y los sistemas constructivos, especialmente en aquellos que no tenían escritura. Las imágenes plasmadas en objetos materiales son una forma de comunicación. Por ejemplo, las figuras moldeadas en cerámica, metal y hueso transmiten mensajes sobre las formas de relacionarse de una sociedad.
A partir de la conquista española, el sistema de dominación y organización social se impuso desde el poder monárquico, influenciado por la Iglesia. Este sistema, apropiado y resignificado por élites terratenientes locales, se tradujo en una forma de control que también puede ser interpretado desde el concepto de “poder pastoral”.
Luego de los procesos independentistas en América Latina, los sistemas de organización social y poder político se enfocaron en el mantenimiento del equilibrio social, a través de la institucionalidad del Estado. Conceptos como ciudadanía, democracia, pueblo, derechos, entre otros, fundamentaron el nacimiento de diversas corrientes políticas e ideológicas que marcaron los límites y las libertades del poder.
EJE TEMÁTICO 2: TERRITORIO, ECONOMÍA Y TRABAJO
Sociedades originarias / Colonia / Época Republicana
Desde el descubrimiento de la agricultura y la conformación de las sociedades sedentarias en la antigüedad, el trabajo ha estado vinculado al reconocimiento del territorio y a formas organizadas de manejo de los recursos. Luego de la conquista inca y la posterior colonización española, el territorio y la economía estuvieron orientados al concepto de propiedad, desde una perspectiva jerárquica de dominación y exclusión.
Las élites coloniales establecieron esquemas de diferenciación con respecto a la migración campesina hacia las urbes, y a la población mestiza que aumentaba su representatividad desde los gremios laborales. Este último grupo generó redes de intercambio social y económico con cierto nivel de movilidad social. Las diferencias étnicas y raciales entraron en conflicto con una élite criolla que no asimilaba el proceso de mestizaje. Las luchas de estatus y poder se promulgaron en diversos contextos geográficos.
La República trajo pocos cambios en las formas feudales de trabajo, pero con la Revolución Liberal aparecieron las primeras asociaciones obreras y se dictaron leyes que eliminaron paulatinamente las formas coloniales de explotación laboral. En 1925, con la Revolución Juliana, se evidenció una evolución en los derechos laborales, que culminó con la aprobación del Código del Trabajo en 1938.
Antes de la Primera Reforma Agraria de 1964 en el Ecuador, la tenencia de la tierra aún mantenía formas de producción de herencia colonial. La concentración de los recursos territoriales en pocas manos o latifundio, provocó una extrema desigualdad en la distribución de los ingresos. En 1973 se emitió una nueva Reforma Agraria, con la que el proceso de descentralización de la tierra y el fortalecimiento de sectores afectados avanzaron notablemente.
ÁREA LÚDICA
El museo, como espacio de transmisión de conocimientos, desde el ámbito de la educación no formal, tiene bajo su responsabilidad la difusión, investigación y gestión de los bienes culturales y patrimoniales que forman parte de su colección. Una de las herramientas para cumplir con esta responsabilidad es otorgar a sus visitantes la posibilidad de interactuar con las obras artísticas que están vinculadas a un contexto sociocultural determinado.
Es por ello que el Museo Nacional del Ecuador ha pensado en articular dentro de sus salas de exhibición propuestas educativas integrales que invitan a la ciudadanía a construir experiencias y a tener un nuevo relacionamiento con la memoria social.
Historia del Museo Nacional del Ecuador
La Casa de la Cultura Ecuatoriana es la institución más importante que se dedica a la promoción, difusión y conservación del arte y la identidad de pueblos del Ecuador
Hacia 1927, durante el gobierno del Dr. Isidro Ayora, llegó al país la misión económica estadounidense Kemmerer, la cual planteó la importancia de la creación de una banca nacional que se encargue de la política económica y monetaria del Ecuador. Como en ese tiempo se le obligaba al Estado a tener el 50 por ciento de la reserva monetaria respaldada en oro, muchas piezas de origen prehispánico fueron adquiridas por la institución. Sin embargo, hacia 1946, la labor del Dr. Julio Aráuz que se desempeñaba como químico del Banco Central del Ecuador, permitió que estos objetos se conservaran.
Este fue el origen de la primera colección del variado y rico patrimonio cultural que actualmente conserva el Museo, la que en el transcurso del tiempo se incrementó con la adquisición de valiosas colecciones privadas, entre ellas la del suizo-ecuatoriano Max Konanz en 1960,3? que prácticamente consolidó en la mente del Gerente General de aquella época, Guillermo Pérez Chiriboga la idea de abrir un Museo en la Institución. Esta labor fue encomendada a Hernán Crespo Toral, para entonces el único museólogo del país, que fue enviado a Francia para estudiar todo lo referente a la museología moderna de su tiempo en l’École du Louvre. En 1959 Crespo Toral vuelve de París, y el Dr. Pedro Armillas, arqueólogo español con el que había colaborado, al ver su interés y predisposición le sugirió y ayudó a conseguir una beca de la UNESCO. De regreso a Quito se presentó al Ministerio de Educación donde, como parte del compromiso de la beca, debía poner al servicio del país sus nuevos conocimientos y retribuir así lo recibido.
Hernán Crespo Toral visitó a Guillermo Pérez Chiriboga, Gerente del Banco Central en aquel tiempo, y se ofreció para estudiar y catalogar los objetos de cerámica. Le dieron un espacio en el primer piso de una casa de María Augusta Urrutia, en la calle García Moreno y allí se trasladaron las piezas. Le pusieron un escritorio y es en ese lugar donde empezó la limpieza y estudio de objetos y fragmentos junto con Ana Velasteguí. Al principio “los tiestos”, las piezas, están en el suelo pero pronto consigue que le den unos anaqueles metálicos de los llamados Dexion y así, en esas condiciones precarias, con una enorme paciencia los fueron clasificando.
Luego de este arduo proceso, el Museo Arqueológico y Galerías de Arte Guillermo Pérez Chiriboga se inauguró el 1 de diciembre de 1969, en el quinto y sexto pisos del edificio matriz del Banco Central del Ecuador en el parque de La Alameda. Al acto asistió el presidente José María Velasco Ibarra. Hernán Crespo mantuvo una estrecha relación con los arqueólogos e investigadores Carlos Zevallos Menéndez y Francisco Huerta Rendón. En 1944 había llegado al Ecuador el danés Olaf Holm como parte de una misión diplomática de Dinamarca con la idea de estrechar relaciones entre ambas naciones. Tras conocer a Zevallos, se despertó en él el interés por incursionar en la arqueología. En 1962 Antonio Santiana y Angel Bedoya Maruri conformaron la Sociedad de Amigos de la Arqueología, institución a la que Holm se unió en 1964. Todo este grupo de antropólogos e investigadores contribuyeron a consolidar los estudios históricos, arqueológicos y antropológicos del Ecuador. Hernán Crespo lo invitó a formar parte del Consejo de Gobierno del Museo Arqueológico y en 1967 crearon una comisión destinada a la recuperación y salvaguarda del complejo arqueológico de Ingapirca en la provincia de Cañar.
Primera Etapa (1970 - 1990)
Durante las décadas de 1970 a 1990, el Museo Nacional se convirtió en el eje dinamizador de la cultura y la educación patrimonial en el país. En 1973, Hernán Crespo conformó la Comisión regional en Guayaquil del Patrimonio Artístico Nacional y en 1974, Olaf Holm ingresó al Banco Central del Ecuador como Director-Asesor Técnico del Museo Antropológico en esa ciudad. Allí formó la comisión de adquisiciones con Enrique Tábara y Yela Loffredo de Klein y comenzó a realizar millonarias compras de lotes de piezas precerámicas, cerámicas y metalúrgicas.5?
En 1978 se conformó el Centro de Investigación y Cultura, lo que dio paso a la creación del Museo del Banco Central de la ciudad de Cuenca en 1980. De ese modo se fue consolidando la importante labor que la institución bancaria estaba desarrollando por la cultura y el patrimonio nacionales, ya que de lo contrario en aquellos años no había otro organismo capaz de hacerlo.
Entre 1970 a 1984, el Ecuador gozó de una época de cierta bonanza económica que le permitió al Banco Central desarrollar una intensa labor en pro de la recuperación de la historia e identidad del pueblo ecuatoriano. Fue durante esta época conocida como la edad de oro, que desde el Museo Nacional y los otros museos de Cuenca y Guayaquil, se organizaron proyectos de restauración y rescate de sitios arqueológicos tales como Ingapirca (Cañar), Tulipe y Rumicucho (Pichincha) y Pumapungo (Azuay), así como iglesias y conventos de Sicalpa, Las Conceptas de Riobamba y La Asunción de Guano (Chimborazo), etc. En convenio con otras entidades y gobiernos seccionales, se restauraron iglesias, casas coloniales, se patrocinaron investigaciones antropológicas, etnográficas, concursos de artes plásticas, exposiciones, se editaron libros especializados, videos, películas, todo ello, deslumbrando al Ecuador y al mundo con la inmensa riqueza del Patrimonio Cultural oculto y desconocido por siglos.2?
Durante esta misma época se consolidó el Patrimonio Cultural del Museo Nacional mediante la conformación de sus fondos de Arqueología (100.000 objetos), Arte Colonial y Republicano, (5094 piezas), Arte Contemporáneo (2542 obras), Etnografía y Numismática, bienes que representan el mayor caudal de testimonios de la Historia ecuatoriana que deben ser conocidos y admirados por la colectividad.
Segunda Etapa (1990-2010)
Grupo de mediadores-actores del Museo Nacional en el año 2007
Una serie de acontecimientos políticos y económicos del país afectaron la continua labor del museo hasta cerrar sus puertas en 1991.6? En 1992, con el propósito de brindar al público espacios más amplios de exposición, las autoridades del Banco Central del Ecuador resolvieron trasladar sus instalaciones hacia un nuevo y amplio local en el edificio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en la avenida Patria entre 6 de Diciembre y 12 de Octubre, manteniendo sus reservas y oficinas administrativas en el Edificio Aranjuez, situado en las calles Reina Victoria y Jorge Washington (La Mariscal). El Archivo Histórico, la Musicoteca se ubicaron en el edificio antiguo del Banco Central, en el Centro Histórico de Quito. Para entonces, el Museo cubría con sus colecciones el amplio espectro de la cultura del país tanto cronológica como especialmente por lo cual se lo empezó a llamar "Museo Nacional del Banco Central del Ecuador".
El nuevo Museo Nacional del Banco Central del Ecuador se inauguró en 1995 bajo la presidencia del arquitecto Sixto Durán Ballén. En esta etapa, el museo contó con las salas de arqueología, oro, arte colonial, arte decimonónico, arte contemporáneo y una sala dedicada al mueble colonial y republicano.
Tercera Etapa (Del 2010 en adelante)
Bajo la presidencia del economista Rafael Correa Delgado, el 15 de enero del 2007 se creó el Ministerio de Cultura con el propósito de que se encargue de las funciones que antes correspondían a la Subsecretaría de Cultura adscrita al entonces Ministerio de Educación y Cultura de Ecuador. De esa manera se inició una profunda transformación de las políticas públicas relacionadas a la cultura del país en el marco de la conformación de un Sistema Nacional de Cultura, dentro de lo cual se dispuso que toda la actividad cultural que por muchas décadas mantuvo el Banco Central del Ecuador pase al control de la nueva Cartera de Estado, bajo la Subsecretaría Técnica de Memoria Social, la misma que asumió las funciones que antes hacía la Dirección Cultual del BCE.
El presidente del directorio del Banco Central, Diego Borja, hizo la entrega simbólica a la ministra de Cultura de aquel entonces, Érika Sylva, de la administración de 18 museos, 7 bibliotecas y un archivo fotográfico, entre otros bienes, ubicados en las ciudades de Quito, Guayaquil y Cuenca.8?
El Museo Nacional Quito (MUNA-Q) continúa funcionando en las instalaciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, mientras que la biblioteca, archivo histórico y musicoteca se encuentran en el edificio Aranjuez, ubicado en las calles Reina Victoria y Jorge Washington. A lo largo de aproximadamente seis décadas de existencia, el museo se ha convertido en la Institución pionera en proteger el patrimonio cultural ecuatoriano, abriendo su gestión hacia la difusión de los acervos que custodia y que conforman las mejores y más numerosas colecciones del país, técnica y prolijamente inventariadas, conservadas, investigadas y metodológicamente expuestas en sus salas permanentes y temporales.
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