Tejido tradicional de sombrero de paja toquilla ecuatoriano

Este tejido es considerado un arte, un trabajo puramente manual que no utiliza herramientas salvo las manos de sus tejedores, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es a la vez emblema y orgullo de los ecuatorianos.
¿Qué deberías saber?
- El 5 de diciembre de 2021, el Tejido tradicional de sombrero de paja toquilla ecuatoriano fue incluido en el Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
- El patrimonio cultural inmaterial designa prácticas y expresiones transmitidas de generación en generación, tales como tradiciones orales, artes escénicas, usos sociales, rituales, eventos festivos, conocimientos y prácticas relacionadas con la naturaleza y el universo, conocimientos y técnicas relacionadas con la artesanía tradicional. .
- La evidencia arqueológica muestra que el sombrero de paja toquilla se refiere a una tradición precolombina, cuando los conquistadores llegaron a América vieron que estas telas se asemejaban a las "tocas" que se usaban en España, de ahí su nombre actual.
- En Ecuador, el Carludovica Palmata Se cultiva y recolecta en la costa ecuatoriana, donde existen varios centros artesanales de tela de paja toquilla Qué Panamá sí Montecristi.
- Sin embargo, este negocio también ha florecido en las montañas del sur de Ecuador y desde mediados del siglo XIX, convirtiéndose en una importante fuente de ingresos para muchas familias de las provincias de Azuay y Cañar.
Manabí, origen de la parcela toquilla
El uso de la toquilla, como se conoce popularmente a esta especie de palma, se remonta a la época precolombina. Varios pueblos de la costa ecuatoriana lo utilizaron, dejando huellas de su uso en culturas como la Chorrera, Jama Coaque, Bahía, Guangal, Milagro Quevedo y Manteña.
El origen del tejido del sombrero de paja toquilla se encuentra en la provincia de Manabí. En 1630 el indígena Doingo Chóez combinó esta materia prima con la forma de los sombreros españoles. La actividad de la toquillera se consolidó en el siglo XVII, cuando declinó la producción de algodón y los europeos comenzaron a pedir el sombrero de paja como un sustituto más ligero de la tela. Las tejedoras de Montecristi y Jipijapa, se especializaron en la elaboración del sombrero según el modelo europeo.
Las primeras referencias históricas a los talleres formales para tejer el sombrero de paja toquilla se pueden encontrar a finales del siglo XVIII, cuando el monarca español Carlos IV abolió los impuestos a la fabricación y autorizó el establecimiento de talleres y fábricas en las colonias americanas, incluyendo el hecho de "tocado y sombreros de paja ". Posteriormente, en 1859, la Reina de España ordenó que se organizara en Aranjuez una compañía de infantería cuyo uniforme diario lleva un "sombrero Jipijapa", en relación a los sombreros toquilla que se tejían en esa ciudad de Manabí.
El conocimiento del tejido de sombreros de paja toquilla no solo se expandió dentro del país sino que también se extendió más allá de las fronteras nacionales. Los artesanos manabíes trajeron, junto con la materia prima de la provincia de Santa Elena, la técnica del tejido a Nariño en Colombia, Moyabamba en Perú, Santa Cruz de la Sierrra en Bolivia y Centroamérica, donde se proyectó el sombrero como una importante artesanía. en Yucatán y Campeche de México, Honduras, Nicaragua y Guatemala.
El Austro entra en producción
En el siglo XIX, esta actividad atrajo interés fuera de la región costera, especialmente en el sur de la sierra ecuatoriana. Los bajos costos de la materia prima para procesar los sombreros y los altos costos que compraba el producto procesado, provocaron la rápida expansión del tejido de sombreros en varios países rurales, así como dentro de las ciudades de Cuenca y Azogues. Así, el 17 de mayo de 1844, el Cabildo de Cuenca ordenó la creación del primer taller para la elaboración de sombreros y la enseñanza del tejido de sombreros de paja toquilla como asignatura obligatoria.
Una de las figuras clave para entender la planta de la industria del sombrero de paja toquilla en la sierra sur es el Corregidor de Azogues, Bartolomé Serrano, quien vio en esta actividad una salida a la severa crisis económica que ha golpeado a esta región. Así, trajo artesanos de Jipijapa para enseñar el oficio, aun bajo amenaza de castigo, considerando el tejido como "... un arte redentor ante la falta de trabajo". Los que resistieron fueron encarcelados y obligados a aprender el oficio en prisión bajo la supervisión de un maestro tejedor.
Serrano trajo la materia prima de Manglar Alto en la provincia de Santa Elena, y entregó a los nuevos artesanos moldes y cajones para ahumar y blanquear la paja. Para este período temprano de actividad toquilla en Azuay y Cañar, las principales áreas para el tejido de sombreros de paja toquilla fueron Paute, Gualaceo, Sígsig, Azogues, Biblián, Cañar y Deleg. Este trabajo, realizado de forma independiente por los tejedores, suministró el producto semiacabado a los comisionados de los grandes exportadores.
A partir del siglo XIX, la producción de toquillera y su exportación alcanzó importantes niveles en las provincias del altiplano Azuay y Cañar, pasando a formar parte del mercado exportador mundial. La implicación directa de este fenómeno ha recaído especialmente en la ciudad de Cuenca. Como consecuencia del "boom del toquillero", se produjeron importantes transformaciones económicas en esta ciudad cuando la imagen urbana comenzó a consolidarse con una nueva fisonomía, que se alejó de la arquitectura colonial, para abrazar la influencia de la arquitectura francesa.
El sombrero de paja toquilla hoy
Generalmente, la fibra lista para ser procesada se comercializa en varios puntos de venta o mercados del Cuesta Eso esta en el Vio, donde los artesanos van a comprarlo. Para la preparación del sombrero de paja toquilla, el primer paso es dividir la paja: cuanto más finos sean los hilos obtenidos, mayor será la calidad del sombrero. La tela se trabaja a mano de forma circular con la ayuda de una forma para formar las tres partes: forma, copa y falda.
En la mayoría de los casos los artesanos venden su producto semiacabado a casas comerciales, donde se realiza el proceso de "compostaje", que incluye el azocado (corte de las pajitas restantes), lavado, ahumado o blanqueo, prensado, l 'macetas, planchado y la inclusión de marruecos y bandas. De esta manera el sombrero está listo para ser vendido o exportado. El sombrero de copa el mantón es reconocido mundialmente como un producto de alta calidad y se ha convertido en sinónimo de elegancia y distinción.
Fuente. https://issuu.com/inpc/docs/elsombrerodepajatoquillainpc2012
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